Descubrir que parte de tu equipo, incluso algunos mandos intermedios o personas en puestos de confianza están criticándote en privado es un desafío que va más allá de una simple falta de lealtad. Estos líderes intermedios son los pilares que sostienen la estructura operativa y cultural del hotel. Si ellos, quienes deberían ser tus aliados más cercanos, están cuestionando tu liderazgo en la sombra, no solo se socava tu autoridad, sino que se pone en riesgo la cohesión y efectividad de todo el equipo. Este tipo de situaciones requiere una intervención rápida y decisiva para evitar que el problema se enraíce y afecte gravemente el funcionamiento del establecimiento.
El impacto de estas críticas, cuando provienen de mandos intermedios, es particularmente grave porque estas personas tienen influencia directa sobre otros empleados. Su insatisfacción o falta de confianza en el liderazgo puede fácilmente filtrarse y amplificarse a través de sus equipos, generando un clima de desconfianza que puede volverse tóxico. Además, los mandos intermedios son responsables de implementar las estrategias y políticas que tú, como líder, estableces. Si no están alineados contigo, no solo corren el riesgo de ejecutarlas de manera ineficaz, sino que también podrían sabotear inadvertidamente el éxito de esas iniciativas.
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Cómo Utilizar la Estrategia: Eliminando la “Manzana Podrida”
En cualquier equipo, especialmente en un entorno tan exigente como la hotelería, la presencia de una “manzana podrida” puede tener un impacto devastador. Este término se refiere a aquellos individuos cuyo comportamiento negativo y actitud crítica pueden contaminar a los demás, debilitando la moral y la cohesión del grupo. Cuando las críticas y la deslealtad provienen de mandos intermedios o personas en puestos de confianza, el daño potencial es aún mayor. Por eso, es crucial utilizar una estrategia efectiva para abordar y resolver este problema antes de que se propague.
1. Identificación Temprana de las “Manzanas Podridas”
La primera parte de esta estrategia es la identificación temprana. Como líder, debes estar atento a los signos de deslealtad o negatividad persistente en los mandos intermedios. Estos signos pueden incluir comentarios despectivos, resistencia pasiva a nuevas iniciativas, o una falta general de compromiso con los objetivos del hotel. Detectar estos comportamientos a tiempo es esencial para evitar que se extiendan a otros miembros del equipo.
2. Intervención Directa y Firme
Una vez identificada la “manzana podrida”, es importante intervenir de manera directa y firme. La comparación con una manzana podrida es clara: si no se elimina o corrige a tiempo, puede echar a perder todo el cesto. En este contexto, eso significa que un líder intermedio negativo puede influir negativamente en los demás, creando un ambiente tóxico que afecte la productividad y la calidad del servicio.
La intervención debe incluir una conversación privada y honesta con la persona en cuestión. Expón tus observaciones de manera objetiva, y ofrécele la oportunidad de explicar su comportamiento. Es fundamental que esta conversación sea orientada a encontrar una solución, no a buscar culpables. A veces, la “manzana podrida” puede no ser consciente del impacto de sus acciones y, con el enfoque correcto, puede corregir su actitud.
3. Decisión sobre la Continuidad
Después de la intervención, evalúa si la persona está dispuesta a cambiar y si muestra un compromiso real para alinearse con los valores y objetivos del hotel. Si es así, brinda el apoyo necesario para facilitar ese cambio, pero mantén un monitoreo constante para asegurar que la mejora sea sostenible.
Sin embargo, si después de la intervención no ves un cambio significativo, la decisión debe ser clara: la “manzana podrida” debe ser removida del equipo. Aunque puede ser una decisión difícil, es fundamental para proteger la integridad y cohesión del equipo. Como con cualquier manzana podrida, si no se elimina, el riesgo de que su negatividad se propague es demasiado alto.
4. Fortalecimiento del Equipo Restante
Una vez eliminada la influencia negativa, es crucial trabajar en el fortalecimiento del equipo restante. Refuerza la cultura de comunicación abierta y de apoyo mutuo, y aprovecha la situación como una oportunidad para solidificar los valores y objetivos comunes. Este es el momento de redoblar esfuerzos en la construcción de un ambiente de trabajo positivo y productivo.
La crítica interna por parte de los mandos intermedios es una señal de alerta que no puede ser ignorada. Actuar de manera decidida y estratégica es la única forma de erradicar el problema y restaurar la confianza y cohesión dentro del equipo. El liderazgo no solo se mide por la capacidad de guiar en tiempos fáciles, sino por la habilidad de enfrentar y resolver desafíos internos antes de que dañen irreparablemente la organización. Si se maneja con el enfoque correcto, este tipo de situaciones puede convertirse en una oportunidad para fortalecer el liderazgo y garantizar que todos los miembros del equipo estén verdaderamente comprometidos con la visión del hotel.
Una estrategia clara y decisiva no solo elimina el problema en su raíz, sino que también protege el ambiente de trabajo y asegura que el equipo permanezca cohesionado y alineado con la visión del hotel. Al final, el objetivo es garantizar que cada miembro del equipo esté comprometido a contribuir positivamente al éxito del establecimiento, y que cualquier elemento negativo sea abordado rápidamente para evitar que afecte a los demás.