Una empresa es, queramos o no, una organización dinámica. Como tal sufre cambios a lo largo de su vida, cambios que son determinados tanto por su estructura, naturaleza y cultura interna, como por el entorno. Actualmente no vivimos en un entorno muy propicio para mantener un ratio de beneficios muy positivo. Sin embargo vivimos un momento ideal para apostar por el talento.
El talento es un concepto un tanto difuso que se puede traducir por la capacidad y potencial para conseguir determinados resultados. Un buen futbolista tiene el talento de dominar una pelota y conseguir que vaya donde él quiere, un buen científico tiene el talento de obtener importantes mejoras científicas a partir de sus conocimientos.
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En épocas de estancamiento (y en épocas de bonanza también, por supuesto) una organización con talento puede adecuar el entorno a los objetivos trazados. Porque no olvidemos que cuando buscamos trabajadores con talento en un hotel no estamos buscando sólo a los más fuertes, resistentes o incluso simpáticos, estamos buscando a los que son capaces de sacar el máximo potencial a un puesto de trabajo para que el fin último, la satisfacción del cliente, sea realizable.
La tenencia de talento va a permitir optimizar recursos, mejorar los ratios y conseguir una gestión de la calidad más eficiente. El talento nos va a situar en una mejor posición una vez se supere la estancamiento. Va a multiplicar las posibles soluciones a los problemas y va a mejorar la comunicación. Porque no sería lógico disponer del talento y no adecuar la gestión a ese talento para sacarle todo su potencial. Hemos de ser conscientes que un camarero, una camarera de pisos, un cocinero o un recepcionista con talento va a ser capaz de gestionar adecuadamente su momento de la verdad, su relación directa con el cliente y esto lo hemos de aprovechar.
Los trabajadores con talento no buscan sólo un beneficio económico, buscan desarrollar su trabajo en orgacizaciones dinámicas, que les recornozcan sus méritos, que inviertan en su formación, en suma, que apuesten por el salario emocional.
El talento es un bien excaso y si usted no retiene a sus mejores trabajadores otro se los quitará. Tenga en cuenta que la calidad en un hotel tiene un cierto componente de improvisación, por eso siempre es más efectivo tener trabajadores formados y con talento, conocimiento y capacidad que multitud de normas y reglas para conseguir esa calidad.