De los malos momentos siempre cabe sacar conclusiones. Recuerdo no hace muchos años que alguien me dijo algo así como: “Albert, tu eres un genio, y las personas como tú no servís para dirigir equipos. Por lo que es mejor que tu equipo lo gestione otra persona y te dediques a hacer lo que mejor sabes hacer: pensar y crear.”
Debo reconocer que esta sentencia lapidaria en su momento me dolió en el alma, aunque sé que más le dolió al equipo que vio como se desintegraba para incorporarse a otras áreas y bajo otros responsables. Lo peor fue que viniendo esta frase de una persona a la que apreciaba, llegué a creérmelo.
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En el momento de lanzarme a la aventura de esta empresa y ante el hecho de crear un equipo, esta afirmación volvió a rondarme por la cabeza y a despertarme el temor de lo que ocurriría en caso de que fuera cierta, no sabría gestionar a mi equipo.
Con el tiempo aprendí a sacar la parte positiva, y ciertamente decidí no jugármela. Opté por un equipo que no precisara ser dirigido, un equipo eficaz, auto-gobernado, responsable de su trabajo, eficaz y responsable.
Doy las gracias a quien intentando hacerme daño en su día, sin quererlo me ayudó. Realmente si hubiera tenido que dirigirlo yo personalmente, nada, absolutamente nada hubiera sido posible.
Empieza ya un nuevo año, un año que será difícil, aunque puede que ya hayamos pasado lo peor, o puede tal vez que lo peor esté por llegar. No lo sé, ni tampoco me pararé a preocuparme por ello. En nuestro caso particular, creo haber dado con la fórmula ideal para mantener el crecimiento orgánico sostenido en virtud de los resultados. Seguiremos trabajando con la modestia que nos caracteriza, ofreciendo confianza y resultados sin grandes alardes ni demagogia.
Es cierto que últimamente he abandonado un tanto las relaciones sociales, al igual que la actividad en éste blog, así como en Twitter y Facebook, pero ciertamente ha sido un año de muchísimo trabajo, y me enorgullece tener que decirlo. Pero el gran Borges ya dijo:
Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído
En realidad, si quiero que se me recuerdo por algo, no es por lo que he escrito, sino por lo que he hecho.