La comparación del título de este artículo con la película de el Bueno, el Feo y el Malo podría ser inevitable pero aunque me hubiera gustado hacerlo me siento incapaz de hacer la correspondencia entre el Bueno y el Malo con el CEO y el SEO en los casos que conozco, por lo que me quedaré con el FEO.
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Si bien es cierto que abundan en el mercado grandes y experimentados profesionales que ejercen de SEO y ofrecen sus servicios de forma profesional, metódica y exitosa, creo que la gran competencia para todos ellos, así como a las empresas que ofrecemos este servicio, reside en la interminable lista de individuos, sobrinos, yernos y amigos aficionados que por unos euros al mes realizan chapuzas varias a las que denominan SEO por ponerle un nombre.
Creo que ya son demasiados los casos en los que nos encontramos sitios web penalizados por enlaces procedentes de granjas de enlaces, sitios web cargados de palabras clave y carentes de sentido, con códigos fuente que parecen verdaderas pocilgas, sitemaps sin actualizarse en un año, etc.
Lo peor del caso es cuando el CEO en cuestión defiende al supuesto SEO, entendiendo que los resultados tardan en llegar, haciendo alarde de haber leído un par de blogs al respecto, pero en especial se defiende al SEO no por los resultados obtenidos, sino por su calidad de sobrino, yerno o amigo de no se sabe bien quien, y que en definitiva ofrece sus mediocres servicios por unos pocos euros al mes, como si le estuviera haciendo un favor.
Es en este caso cuando creo que el mediocre o el verdadero FEO es el CEO en lugar del SEO, en cuanto debería preocuparse mas por los resultados de su negocio y la sostenibilidad del mismo, dándole la importancia que ello requiere y poniéndolo en manos de profesionales.
¿Acaso si el CEO se pone enfermo, acudiría a un sobrino, yerno o amigo de no se sabe bien quien, antes que al médico?
Si con la salud no se juega, con el posicionamiento del negocio tampoco.