En 2006 M. Sawhney, R. Wolcott e I. Arroniz, de la Kellogg School of Management, publicaron The 12 Different Ways for Companies to Innovate. En él describían los doce caminos que podían seguir las empresas para desarrollar proyectos de innovación y presentaban un gráfico o herramienta que permitía visualizar la situación de la empresa y de la competencia en el tema de la innovación, el llamado radar de la innovación.
El radar es un gráfico que muestra los 12 tipos de innovación que Sawhney, Wolcott y Arroniz definieron. Éstos tipos giran en torno a un doble eje que señala los 4 caminos de innovación básicos: el qué (la oferta o producto), el quién (los clientes), el cómo (los procesos) y el dónde (la presencia). A partir de ahí se van desgranando los otros 8 modos de innovación, siempre conectados y formados por estos 4 básicos. Así, por ejemplo, los ejes oferta y cliente ofrecen dos tipos más de innovación, la plataforma (modo en que se relaciona la oferta con el cliente) y las soluciones personalizadas (necesidades que el producto resuelve al cliente).
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La utilización de este tipo de herramientas puede ser interesante para ver qué modelo de innovación estamos desarrollando y, si lo cruzamos con el lienzo de análisis de modelo de negocio del que hemos hablado en otras ocasiones, podemos ver las implicaciones que tiene para nuestro modelo de negocio y para los futuros desarrollos que podamos hacer.
Por ejemplo, tenemos el caso de Starbucks. Como se ve en el gráfico adjunto la cadena de cafeterías innova fundamentalmente en los canales de oferta y presencia y en la experiencia del cliente. En cambio aporta muy poco valor en las soluciones que ofrece al cliente o en la cadena de valor. El hecho de centrarse en un modelo de innovación y desechar otros no es en sí malo si somos conscientes de ello, si lo hemos desarrollado estratégicamente y si somos capaces de traducir esa innovación en un valor claro y evidente para nuestros mercados.
No hay innovaciones buenas o malas, de más o menos valor. Cada empresa ha de ser consciente de sus fortalezas y debilidades y trabajar en base a ello. El radar de la innovación nos permite ver de manera clara qué tipo de innovación estamos desarrollando y en cuáles tenemos potencial de mejora, siempre utilizándolo junto a otras herramientas como el lienzo de análisis de modelo de negocio como hemos comentado